Cuyes en acción. «G-Force»



Divertida y original parodia del cine de acción y espionaje a lo James Bond protagonizada por cuatro heroicos cuyes convertidos en agentes especiales, y dispuestos a no volver nunca al laboratorio.

Mikel Insausti
Gara

Siempre es un golpe para el elemento humano ver cómo triunfan las películas protagonizadas por mascotas, como si la gente quisiera más a los animales de compañía que a sus semejantes de la misma especie. Los que aparecen en «G-Force» son unos divertidos cuyes reconvertidos en agentes especiales, idea que se le ocurrió al hijo pequeño de Hoyt Yeatman, un mago de los efectos especiales que debuta en la dirección, respaldado por el productor de cine de acción Jerry Bruckheimer, para quien lleva trabajando muchos años.

El protagonismo de los bichos es muy importante, incluso por encima del de los personajes humanos, para lo que han sido doblados en la versión original en inglés por Sam Rockwell, Tracy Morgan, Penélope Cruz y Nicolas Cage.

El ser una especie de James Bond peludos y en miniatura implica un tono paródico, que funciona mediante la interacción con un cómico de la talla de Zach Galifianakis, revelado por «Resacón en Las Vegas». En el lado opuesto, el gran actor inglés Bill Nighy es el villano de la función, un empresario que oculta sus peligrosas actividades ilícitas bajo la fachada de una compañía multinacional de electrodomésticos.

Los héroes de «G-Force» se encuentran con el problema para desenmascarar a su enemigo de que no dejan de ser unos cuyes, por lo que el Gobierno los quiere devolver al laboratorio del que salieron para seguir realizando rutinarios experimentos con ellos, debido a los recortes presupuestarios derivados de la crisis económica. Los cuatro cuyes habrán de llevar a cabo su misión secreta contra el reloj y de espaldas a sus superiores.

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