Chris Ware lleva al límite el lenguaje del cómic
Mónica Faro
Gara, Madrid
15 de junio de 2009
Chris Ware trastocó el universo del cómic con Jimmy Corrigan, un niño adulto que cabalga entre la infancia y la madurez, y que se convirtió en el mensajero de la visión del autor ante el mundo. Así comenzó la serie «ACME», un catálogo del universo del autor, que ahora visita el estado español con un volumen recopilatorio de sus mejores historietas. El título «es una broma sobre la llamada «cultura» del American Business y una metáfora de las identidades que reinventamos para nosotros mismos hasta el día en que morimos», explica Ware en una entrevista.
También esconde «emociones y cosas dolorosas de la vida» bajo una imagen «intencionadamente corporativa» que permitiera a Ware despojarse de posibles críticas de sus compañeros.
Y es que el dibujante no sólo ha llevado al límite el lenguaje del cómic, con un estilo visual cuidado y extremadamente sorprendente, sino que ha dado a sus estrambóticos personajes una voz crítica contra la sociedad norteamericana y contra un mundo «que nunca ha estado tan poblado de imágenes de gente que sonríe y se divierte, pero que es tan miserable», destaca Ware, en referencia a las imágenes de la televisión, revistas y anuncios publicitarios.
«Los americanos viven a expensas del resto del mundo: nos damos el lujo de preocuparnos por nuestro peso, por si tenemos suficiente sexo o somos tan felices como podríamos ser, y la felicidad es vaga, está sobrestimada, es una respuesta caprichosa al estímulo», afirma.
Detallista y exigente
Chris Ware (Nebraska, 1967) es uno de los autores más influyentes de la última década y «el autor contemporáneo más detallista y exigente en cuanto a maquetación, rotulación y presentación», según su editora en el estado español, Mónica Carmona. Es algo que se percibe en cada rincón de esta obra, que alterna colores vivos con blanco y negro, tipografías muy variadas y maquetas que obligan a realizar una lectura en movimiento.
Carmona ubica a Chris Ware en la misma línea que a Art Spiegelman, que se acercó al Holocausto con «Maus», obra galardonada con un premio Pulitzer en 1992. «Son autores que trabajan visualmente, pero los temas son muy parecidos a los que trata la narrativa estadounidense actual», afirma Carmona, razón por la que Mondadori, que no es una editorial de cómics, ha recuperado el trabajo de Ware, puesto que «encaja con la obra de autores como Philip Roth». La muestra incluye grandes cantidades de texto, que a veces ha obligado a la editorial a trabajar con lupa.
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